El buen mantenimiento de tus herramientas de corte es clave para alargar su vida útil y garantizar un mecanizado preciso.
Una herramienta mal cuidada pierde filo antes, se sobrecalienta y puede romperse en plena operación.
Lo primero es asegurarse de limpiarlas adecuadamente después de cada uso. Quitar restos de viruta, refrigerante y polvo metálico evita la corrosión y el desgaste prematuro.
También es importante almacenarlas en lugares secos y protegidos, preferiblemente en estuches individuales o soportes magnéticos.
Revisa periódicamente el filo, los ángulos de corte y la rectitud del cuerpo. Una herramienta con filo desgatado genera sobreesfuerzo y puede dañar la pieza o la máquina.
Finalmente, lleva un registro de uso y desgaste para anticipar su sustitución. Con estos cuidados básicos, tus herramientas rendirán mucho más y reducirás tus costes de producción.
